martes, 3 de octubre de 2023

Crónica de un final anunciado

La imagen más repetida a lo largo de toda esta temporada: Los jugadores retirándose cabizbajos del campo de juego.
Hacía varias fechas que Villa Dálmine estaba sentenciado, pero solo faltaba que las matemáticas lo confirmen. Y este lunes por la tarde, en Campana, se dio el desenlace que se veía venir. El Viola no pudo ante Deportivo Maipú y la diferencia con los de arriba se hizo inalcanzable. De esta manera, quedó condenado al descenso tras realizar la peor campaña de su historia.

Pocas veces en la historia de Villa Dálmine un descenso había sido tan previsible como éste. No es la primera vez que el Club transita por esta situación, pero nunca antes había quedado fuera de competencia con tanta anticipación. De hecho, lo de este lunes fue solo la confirmación matemática, ya que hace mucho que se sabía que este equipo no iba a poder revertir la situación, especialmente luego de la derrota ante Brown de Adrogué en Campana, donde la diferencia con los de arriba se estiró a siete puntos.

De esta manera, terminan nueve años consecutivos de Villa Dálmine en la Primera Nacional. El lapso más largo en la historia del Club manteniéndose en la segunda categoría del Fútbol Argentino. Desde 2015 fue ganándose su respeto en la divisional, pisando fuerte ese primer año donde fue protagonista y estuvo cerca de clasificar al reducido. Luego, alternó buenas y malas, con su mejor campaña en la temporada 2017/18, donde logró clasificar al reducido en busca de un ascenso a Primera, quedando eliminado en aquel recordado 3 a 3 ante San Martín en Tucumán.

El punto de inflexión llegó luego de la pandemia. A partir de allí, se inició un derrotero negativo, acostumbrándonos a campañas y rendimientos paupérrimos. Para graficarlo, solo basta decir que en los últimos tres años ganó apenas 20 de los 110 partidos jugados. Además, nunca pudo mantener una base en su plantel, contratando alrededor de un centenar de jugadores de los cuales muy pocos rindieron. Mientras que tampoco supo aprovechar los torneos sin descensos para potenciar juveniles.

Fue así que, en 2022, en medio de una campaña que lo tenía peleando el descenso, hubo elecciones en el Club. Y ese fue otro punto de quiebre. La nueva comisión directiva, encabezada por Alfredo Lista, llegó con la promesa de pegar un volantazo y no hizo más que pisar el acelerador más fuerte rumbo al precipicio. Si bien ese año logró el objetivo de la permanencia, en este 2023 hubo un desmanejo incontrolable, potenciado por egos personales, y se volvieron a cometer los mismos errores. Nuevamente una renovación casi completa del plantel, donde se firmaron más de 40 contratos profesionales. Y, una vez más, jugadores que no rindieron con ninguno de los cuatro cuerpos técnicos que pasaron.

Con el transcurso de la campaña se veía venir el triste final. Las primeras diez fechas fueron irregulares, con el equipo fuerte en Mitre y Puccini, pero perdiendo todo como visitante, lo que desencadenó en la salida de José María Martínez como DT. Sin embargo, el diario del lunes nos muestra que de haber seguido esa tendencia, al menos como local, las cosas hubieran sido distintas, ya que entre los tres cuerpos técnicos que lo prosiguieron sacaron la misma cantidad de puntos en poco más del doble de fechas. Con tan solo una victoria en los últimos 21 partidos y sin que nadie pueda romper el maleficio como visitante, donde apenas sumó tres empates en todo el torneo.

Así, queda consolidada la peor campaña de la historia del Club en sus 65 temporadas en AFA. Con una efectividad que, al momento, ronda el 21% de los puntos sumados. Incluso, si ganase los dos partidos que quedan, no superaría el 30% de lo que hasta ahora era la peor, en la temporada 1996/97. Aquella vez, Villa Dálmine llegaba con vida a la última fecha del torneo, pero le tocaría caer derrotado ante su clásico rival sufriendo el descenso más doloroso de su historia.

Ahora, 26 años después, toca sufrir un nuevo descenso, el séptimo de su historia. El Viola cae a una tercera categoría devaluada debido a la gran cantidad de equipos que hay en las dos primeras. Una Primera "B", en principio, más accesible de lo que fue en su última participación en 2014. Aunque, con la incertidumbre que hay en el Club, se abre un signo de interrogación de cara al futuro próximo, con una situación institucional que es una incógnita. Mientras tanto, seguirán pasando dirigentes, técnicos y jugadores y el único que seguirá quedando es el hincha, más allá de la categoría, alentando y sufriendo por su querido Villa Dálmine.