Nazareno Solís saca el remate ante el arquero que se transforma en el primer gol de la tarde. Dálmine se quedó con tres puntos de oro.
Villa Dálmine se quedó con un triunfo importantísimo en un partido clave para sus pretensiones de clasificar al reducido. Los goles llegaron en el segundo tiempo por intermedio de Nazareno Solís y Francisco Fydriszewski de cabeza. Ahora, llegó a los 57 puntos y tiene la gran posibilidad de sacar mayor ventaja la próxima semana cuando juegue el partido pendiente ante Gimnasia en Jujuy. El sueño de Primera, más cerca que nunca.
Ese grupo de jugadores se reúne, se abraza y empieza a saltar y cantar en el centro del campo de juego. A su alrededor, miles de personas se rompen las palmas aplaudiendo una y otra vez, con el pecho inflado de orgullo, a ese grupo que desde la humildad y el trabajo se gana cada reconocimiento que recibe. Pero la sensación es la misma para todos: los de adentro y los de afuera se ilusionan con lo mismo. Esa posibilidad que ningún campanense habría dado por válida apenas cuatro años atrás, hoy parece una chance que está ahí, ahí nomás, a menos de un mes de distancia: jugar por el ascenso a Primera División.
Sí, en eso anda Villa Dálmine. Y eso sueñan jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, socios, simpatizantes... Pero no sueñan por soñar, sino que lo hacen con sustento, por experiencia reciente, por el compromiso que se advierte a simple vista, porque los sueños son también ese horizonte de Eduardo Galeano que nos lleva a caminar y caminar en su búsqueda.
El sábado, sin brillar, pero con madurez y golpeando en los momentos justos, el Violeta despachó 2-0 al Unión de Mar del Plata que dirige Walter Nicolás Otta, ese ídolo que condujo al Violeta a la Primera B en 2012 y que luego, a finales de 2013, le "entregó" el cargo a Sergio Rondina, el "Huevo", el hacedor de milagros, quien primero luchó el descenso en la Primera B, quien después llevó a Villa Dálmine al ascenso al Nacional B y quien hoy conduce al plantel que pelea por ingresar al Reducido por el segundo boleto a Primera División.
Es que el Violeta ganó, comparte la quinta posición con Instituto (le ganó 3-1 a Gimnasia de Jujuy) y llegará de gran manera al choque del próximo viernes ante el Lobo jujeño, cuando se "ponga al día" en este Nacional y tenga la posibilidad de cortarse en soledad en ese quinto puesto.
Después será el tiempo de enfrentar a Los Andes en Lomas de Zamora, de recibir en Campana a Boca Unidos y de viajar a Mendoza para jugar ante Gimnasia. Son los cuatro escalones que le quedan por delante a un Villa Dálmine que "ya ganó", pero que nunca, nunca parece conformarse. Y eso tiene ilusionado a todo un pueblo.
Como se estimaba, Rondina realizó una única modificación ante las bajas de Sanabria, Núñez, Falcón y Zuñiga. Fue el ingreso de Jonathan Figueira como volante por izquierda dentro del 4-3-3 que repitió el entrenador.
Así, con paciencia, Villa Dálmine fue tratando de abrir espacios entre las líneas visitantes para encontrar los caminos hacia el arquero Losada. Sin embargo, por delante tenía un duro escollo, porque Otta conoce la propuesta que intenta desarrollar Rondina, con salida prolija desde el fondo. Por eso, Unión intentaba ahogarle la salida en mitad de cancha y por momentos conseguía su objetivo, forzando al Violeta a búsquedas largas y aéreas.
Claro: todo ese trámite inicial se le habría simplificado al equipo de nuestra Ciudad si, a los 6 minutos, el solitario y frontal cabezazo de Renso Pérez no hubiese salido pegado al poste luego de una precisa ejecución de Nicolás Álvarez de un "córner corto" que tuvo Villa Dálmine tras una falta a Nouet. Fue una chance clarísima, cuyo desenlace nadie pudo creer en Mitre y Puccini.
En ese desarrollo, el Violeta siempre intentó tener la iniciativa, pero la falta de claridad para atacar y también para hilvanar los contragolpes no le permitieron generar situaciones nítidas.
Como a Figueira le costó convertirse en el conductor del juego asociado, lo mejor que generaba el elenco de Rondina nacía cuando Fydriszewski lograba entrar en la circulación del balón, ya sea pivoteando o yendo a buscar a espaldas de los laterales, ganándoles en velocidad a los centrales visitantes. Pero fueron ocasionadas contadas, porque el "Polaco" no pudo moverse con comodidad y, así, el dominio del balón se dividió mucho. Porque Unión de Mar del Plata también mostraba limitaciones para avanzar en el campo, aunque trataba de hacerlo articuladamente y en bloque, aunque dependía demasiado de la creatividad de Nicolás Ramírez, quien se recostó sobre el sector de Nicolás Álvarez, pero tuvo complicaciones para desbordarlo.
En la segunda parte, el trámite no varió, aunque empezaron a aparecer muestras de nerviosismo y ansiedad. Era claro que a ninguno de los dos le servía el empate, y aunque ni Villa Dálmine ni Unión salieron a buscar desesperadamente el arco rival, fueron surgiendo algunos espacios que, quien los supiese explotar, se quedaría con la victoria.
Y ese terminó siendo el Violeta, que en una contra tomó mal parado al fondo marplantense, sin poder aprovecharlo decididamente. Incluso, la jugada se fue ensuciando y permitió que Unión se pueda instalar en defensa. Sin embargo, cuando Renso Pérez enganchó y lanzó de zurda un centro a media altura, todos los defensores visitantes jugaron a la "estatua" y permitieron el solitario ingreso de Solís, quien controló el balón dentro del área y tuvo todo el tiempo del mundo para acomodarse y definir al segundo palo del arquero Losada.
Los jugadores de Unión reclamaron offside, pero Nazareno estaba perfectamente habilitado. Quien no lo estaba era Nouet tras el control de Solis, pero como no llegó a intervenir en la jugada ("¡Correte!", fue el grito del zurdo), la acción terminó siendo lícita y generando el primer gran festejo en Mitre y Puccini.
Con el gol, el Violeta se tranquilizó y pasó a dominar el partido desde el control de los espacios, ante un Unión que mostró muchas limitaciones cuando intentó llevar peligro sobre el arco de Kletnicki.
Igualmente, Rondina le dio pista al juvenil Federico Recalde, quien ingresó en reemplazo de Nouet para reforzar la contención. La apuesta era clara: defender y contraatacar. Y fue efectiva a los 33 de ese segundo tiempo, cuando Figueira (de flojo partido) llegó hasta el fondo por izquierda y sacó un gran centro que Fydriszewski cabeceó de gran manera, arqueándose justo para ubicar el balón de forma bombeada, contra el palo del arquero Losada.
Entonces llegó el desahogo para todos los presentes. Y también esa sensación de no creer lo que estaba logrando el Violeta. Pero sí, era ya una realidad: el 2-0 sentenció el pleito y puso a Villa Dálmine en un lugar de privilegio para pelear por el ingreso al Reducido. Ahora, el próximo viernes en Jujuy, tendrá la oportunidad de dar otro paso al frente para seguir alimentando el sueño de toda una Ciudad.
Por: Pablo Scoccia
Síntesis del partido
VILLA DALMINE (2): Carlos Kletnicki; Nicolás Álvarez, Matías Valdez, Rubén Zamponi, Juan Celaya; Renso Pérez, Diego Grecco, Jonathan Figueira; Matías Nouet, Francisco Fydriszewski y Nazareno Solís. DT: Sergio Rondina. CAMBIOS: 26' ST Federico Recalde x Matías Nouet; 31' ST Ezequiel Cérica x Nazareno Solís y 36' ST Matías Tabak x Francisco Fydriszewski. SUPLENTES: Pedro Fernández, Jorge Demaio, Nicolás Stefanelli y Andrés Soriano. AMONESTADOS: Grecco y Fydriszewski.
UNION (0): Nahuel Losada; Juan Manzzoco, Lionel Formaggioni, Sebastián Álavrez, Ariel Seltzer; Patricio Cucchi, Juan Ignacio Alessandroni, Emmanuel Giménez, Nicolás Ramírez; Nicolás Castro y Wilson Albarracín. DT: Walter Otta. CAMBIOS: 21' ST Jonatan García x Patricio Cucchi y 21' ST Lucas De Francesco x Emmanuel Giménez y SUPLENTES: Ángel Pedroso, Brian Cucco, Ceferino Santos, Luciano Mazzina y Ezequiel Melillo. EXPULSADOS: 30' PT Brian Cucco (suplente); 28' ST Walter Otta (DT) y 39' ST Jonatan García. AMONESTADOS: Ramírez y Giméndez.
GOLES: 15' ST Nazareno Solís (VD) y 33' ST Francisco Fydriszewski (VD)
