Ya en tiempo de descuento, Ezequiel Cérica convertía de cabeza el gol de la victoria para Villa Dálmine. Triunfazo.
Villa Dálmine obtuvo una victoria importantísima ante Gimnasia de Mendoza por 2 a 1. Luego de un mal primer tiempo donde se fue en desventaja con gol de Peinado, en el complemento se recuperó y lo dio vuelta con dos goles de Ezequiel Cérica. Por primera vez en el campeonato el Viola gana dos partidos de manera consecutiva y suma tres puntos que lo dejan cuarto en la tabla con 39 y en zona de clasificación al reducido. De esta manera, el Viola se ilusiona, porqué no, con jugar en Primera.
Vale emocionarse por este Villa Dálmine. Está más que permitido. Por su entrega y sus conquistas. Por sus alegrías y sus tristezas. Pero sobre todo por su humildad, por su sencillez. Es esa historia que el cine y la televisión han repetido innumerables veces. Pero real. Con hombres que se han ganado este momento a base de esfuerzo y sacrificio, desde abajo. Nadie le ha regalado nada a este presente del Violeta. Puede resultar efímero, porque así es la vida también, pero que no queden dudas que vale la pena disfrutarlo y resaltarlo.
Porque ver al equipo de nuestra ciudad en la cuarta posición de la segunda categoría del fútbol argentino tiene que generar algo. Sobre todo en el durísimo y competitivo Nacional B. Y cómo no disfrutar la ilusión que eso genera, si ese lugar le permitiría hoy clasificar al Reducido por el ascenso a Primera División. Sí: a Primera División.
Allí quedó Villa Dálmine ayer, luego de ganarle 2-1 a Gimnasia de Mendoza en un partido que Ezequiel Cérica sentenció en tiempo de descuento, como para darle más emotividad a toda esta historia. "Pastel" había alcanzado el empate a los 13 minutos de ese complemento y, en el primer minuto de adicionado, le puso la testa a un centro perfecto de Renso Pérez para desatar un delirio de miércoles en Mitre y Puccini.
Y vale la pena detenerse en Cérica para encontrar en él un ejemplo de la humildad y la entrega de este plantel. "A Pastel lo conozco desde que tenía 22 años y jugaba en la C... Y no cambió en nada", lo grafica, cómplice, Sergio Rondina, quien quizás, cuando lo trajo a Campana, lo pensó como una alternativa para su ataque en Primera B y, hoy, Cérica no sólo es el autor del gol del ascenso al Nacional, sino también el "9" titular y máximo artillero del Violeta en esta divisional. Y ayer sumó un doblete tan grande que valió el triunfo que depositó a Villa Dálmine en el cuarto escalón de la tabla de posiciones.
Fue un triunfo muy trabajado para el equipo de nuestra ciudad, porque en el inicio del juego nunca pudo encontrar los caminos para lastimar al elenco mendocino. Comenzó buscando con pelotas cruzadas, tratando de sorprender con sus extremos a la defensa de tres hombres que planteó Gimnasia. Pero nunca halló resultados en esos intentos que resultaron apresurados en muchas ocasiones. Y como Dante Zuñiga se cerraba y chocaba contra el "doble 5", el Violeta tampoco contaba con esa cuota de conducción que aporta el zurdo en su doble función como mediocampista.
Así, el Violeta dependía de los "mano a mano", pero ni Nazareno Solís ni Matías Nouet pudieron desnivelar ante sus marcadores y Cérica tampoco fue asistido cuando buscó diagonales para sorprender a los centrales.
Por eso, a partir de su buen andar defensivo, Gimnasia fue creciendo en el campo y con la movilidad del tridente Oga-Carranza-Farías empezó a complicar a una defensa que presentaba desacoples. Así, no sorprendió que el conjunto mendocino se pusiera en ventaja. Fue en una jugada nacida de un lateral, tras una media vuelta pifiada de Sergio Oga que se transformó en asistencia para la aparición sorpresiva de Luciano Peinado, quien definió con el pie zurdo abierto contra el palo derecho de Kletnicki (el balón dio en el caño y pegó en la red opuesta).
Entonces, la deslucida actuación Violeta sumó nervios, que quedaron evidenciados en imprecisiones en la tenencia del balón y en errores en la salida desde el fondo (en uno de ellos, Kletnicki se equivocó y le dejó la pelota servida a Amaya, quien desperdició la oportunidad al no asistir al solitario Farías).
De esa manera se terminaron 45 minutos muy malos para Villa Dálmine. Quizás, el peor primer tiempo de la temporada.
Sin embargo, todo cambiaría en la segunda mitad. Rondina acertó con el ingreso de Gabriel Sanabria y así pudo aprovechar que Gimnasia se retrasó en el campo de juego. Con Solís bien abierto a la izquierda, sobre ese sector se generó un espacio que el "Chino" (más cerebral y conductor) supo explotar, parándose a un costado del "doble 5" mendocino. Y desde allí, el ex Atlanta empezó a combinarse con Solís y Cérica para darle profundidad a los ataques del Violeta.
A los 4, lo tuvo Renso Pérez, tras un desborde de Solis por la raya final y un posterior centro de Demaio. Y cuatro minutos después, Sanabria volvió a dejar a Nazareno cara a cara con el arquero, pero Solís prefirió el centro atrás en vez del remate al descubierto primer palo. Por eso, el arquero interceptó la intención y envió el balón al córner.
Entonces se veía venir lo que pasó: que una asistencia de Sanabria iba a generar el empate. Ocurrió a los 13 minutos, cuando el Chino le "colgó" la pelota a Cérica entre los dos centrales y Pastel resolvió llevándosela con el pecho y definiendo con un latigazo de zurda.
Tras alcanzar la igualdad, el Violeta sintió que era su momento. Y empujado por su gente fue por la victoria, aunque ya sin tanta profundidad. Porque Gimnasia salió algunos metros más adelante y porque, a los 17, llegó una acción que enfrió el partido: Carranza (que tenía amarilla y se salvó de la segunda) chocó feo a Kletnicki y el arquero local sufrió la luxación de su hombro. Por eso debió abandonar el campo de juego y dejarle su lugar a Pedro Fernández.
Así, Villa Dálmine perdió la posibilidad de realizar un tercer cambio para renovar el aire en su intento de conseguir el triunfo. Y eso se notó, aunque nunca claudicó en su búsqueda. Y como nunca claudicó, tuvo su premio. Fue en el primer minuto del tiempo adicionado, tras una pelota parada que cruzó toda el área y que Renso Pérez devolvió de primera hacia el punto penal, donde estaba Cérica presto para meter el cabezazo goleador. Ése que desató el delirio de todo Mitre y Puccini. Ése que le permitió al Violeta festejar dos victorias seguidas por primera vez en la temporada. Ése que lo ubicó a Villa Dálmine en la cuarta posición del Nacional B. Ni más ni menos.
Por: Pablo Scoccia
Síntesis del partido
VILLA DALMINE (2): Carlos Kletnicki; Nicolás Álvarez, Matías Valdez, Juan Celaya, Jorge Demaio; Renso Pérez, Horacio Falcón, Dante Zúñiga; Matías Nouet, Ezequiel Cérica y Nazareno Solís. DT: Sergio Rondina. CAMBIOS: ST Gabriel Sanabria x Dante Zúñiga; 11' ST Nicolás Stefanelli x Matías Nouet y 19' ST Pedro Fernández x Carlos Kletnicki. SUPLENTES: Rubén Zamponi, Diego Grecco, Diego Núñez y Andrés Soriano. AMONESTADOS: Pérez (quinta amarilla) y Valdez.
GIMNASIA Y ESGRIMA (1): Matías Alasia; Julio Villarino, Federico Pomba, Yair Marín; Gerardo Corvalán, Fabio Giménez, Oscar Amaya, Luciano Peinado; Sergio Oga; César Carranza y Lucas Farías. DT: Sergio Arias. CAMBIOS: 29' ST Jonatan Lastra x Lucas Farías y 42' ST Maximiliano Montiveros x Sergio Oga. SUPLENTES: Mauro Leguiza, Julián Carabalí, David Garay, Ramiro Pereyra y Cristian Taborda. AMONESTADOS: Carranza, Amaya, Oga, Lastra y Pomba.
GOLES: 20' PT Luciano Peinado (GM); 13' ST Ezequiel Cérica (VD) y 46' ST Ezequiel Cérica (VD)