Villa Dálmine 2 - Argentinos Juniors 0
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| Mauricio Alonso saca el remate que se convertirá en el segundo y definitivo gol de Villa Dálmine. Triunfazo del Viola en Campana. |
Había que ver a Federico Recalde, en el minuto 48 del ST, con la victoria ya asegurada, presionando la salida rival. Habría que contar, metro a metro, todo lo que corrieron el propio Fede, Falcón, Figueira, Ruiz, Alonso... Hay que mirar y volver a ver el gol de Cérica que abrió el partido, luego de un giro y un enganche riquelmiano de Pastelito. Y también hay que detenerse en la velocidad de Alonso y su capacidad para liquidar el pleito cuando se presentó el momento. Y en la firmeza de la defensa para no entregar errores. Y en la seguridad de Kletnicki luego de aquella falla ante Gimnasia de Jujuy.
Sí: este Villa Dálmine está repleto de pequeñas virtudes. Quizás no las más lujosas, es cierto. Pero todas esas virtudes están puestas a disposición del objetivo colectivo, de la idea del grupo. Y entonces el Violeta es un conjunto homogéneo, duro, difícil.
Queda en evidencia que hay compromiso en las huestes de Walter Marchesi. Si no, no se podría entender el tremendo despliegue que realizó el equipo para anular a Argentinos Juniors, ese club que supo ser campeón de América, que enfrentó a Juventus en una final Intercontinental y que parió a Diego Armando Maradona, pero que anoche no pudo nunca con la oposición Violeta.
Es que Villa Dálmine supo plantear el partido y con una contundencia que asusta se quedó con un triunfazo 2-0 sobre el Bicho de La Paternal. Y así, volvió a subirse a lo más alto de la tabla de posiciones, a pesar que tiene un partido menos. Sí, leyó bien: disputadas cinco fechas, el líder del Nacional B es el equipo de nuestra ciudad, aún con un juego menos.
Por eso, las tribunas explotaban de alegría ayer, contagiadas por un equipo que, como la institución, está construyendo historia desde la humildad, la entrega y el compromiso. Y contra eso no hay pergaminos que valgan.
EL PARTIDO
A pesar que algunos especulaban con el ingreso de Lucas Favalli de arranque, Walter Marchesi repitió el mismo equipo titular que en las primeras tres fechas. Y la decisión táctica fue apretar a Argentinos contra su campo, no permitiéndole que la visita incorpore jugadores a su andamiaje ofensivo. Y en un arranque algo desprolijo, con fuertes faltas de los hombres del Bicho (fue amonestado Lenci), el Violeta logró su cometido, presionando sobre el área rival y generando aproximaciones de peligro con un remate de Cérica que se fue alto a los 12 minutos y un muy buen tiro libre con rosca ejecutado por Figueira que se cerró sobre el segundo palo de Trípodi y que Pastelito no pudo alcanzar por centímetros.
Superados los primeros 20 minutos, Argentinos empezó a salir del encierro, aunque siguió con dificultades para elaborar juego por la constante presión del Violeta sobre la salida del Bicho (clave el despliegue de Recalde para ello).
Sin embargo, a los dirigidos por Marchesi les faltaba claridad cuando recuperaban y, entonces, el balón se dividía constantemente. Así el partido se hizo disputado, trabado y, por momentos, discreto. El DT Violeta probó rotaciones para tratar de encontrar asociaciones y ganar volumen de juego: Ruiz y Alonso cambiaron de sectores, pero tampoco fueron soluciones para torcer el sentido del intenso ritmo con el que se jugaba (Ruiz no halló interlocutores, mientras el uruguayo no estuvo fino en el PT y no pudo aprovechar su velocidad).
Entonces, de a poco, Argentinos pudo proliferar en el campo y generar algunos avances que se volcaban por izquierda por la velocidad de Romero, pero que tenían siempre como destinatario a esa referencia ofensiva que es Fabricio Lenci. Y así, el Bicho tuvo dos aproximaciones: una pelota que le picó a Kletnicki, quien debió jugarse el pecho para tapar el rebote ante la arremetida de Lenci; y un cabezazo del mismo delantero que salió desviado sin generar zozbra.
Y cuando el cuarto árbitro levantó el cartel de un minuto más y ya nada parecía cambiar en la primera mitad, Recalde presionó por enésima vez, recuperó y la pelota le llegó Cérica, que logró deshacerse de su marca, girar y encarar. Y "a lo Pastel", a pesar de tenerlo a Figueira a su izquierda, fue contra tres defensores y cuando parecía chocar con ellos, salió airoso con un brillante enganche que lo dejó de frente a Trípodi, a quien fusiló con un furibundo remate al primer palo.
Fue un golpe en el juego. Una acción distinta que le cambiaría el sentido al partido y que, obviamente, condicionó el desarrollo del segundo tiempo. Porque a pesar que Villa Dálmine trató de mantenerse en el mismo libreto, presionando e intentando jugar en campo ajeno, se terminó replegando contra su área (Recalde y Palma, que reemplazó al lesionado Falcón, jugaban muy cerca de los centrales). En tanto, Argentinos, obligado a asumir mayores obligaciones y protagonismo, mejoró además por los cambios que introdujo Heinze.
Fue entonces que el Bicho empezó a cruzar peligrosas pelotas sobre el área de Kletnicki, ante la presencia amenazante de Lenci. Al mismo tiempo, Cérica y Alonso eran las fichas a las que apostaba el Violeta, porque los espacios para la contra surgían naturalmente. Así, el juego ganó en dramatismo, con la parcialidad Violeta empujando al equipo ante el asedio visitante.
Por entonces, Marchesi había reacomodado piezas y su equipo jugaba 4-4-1-1 con Alonso retrasado por derecha y Ruiz por delante del "doble 5" para tratar de cubrir los pases entre líneas.
Y Argentinos iba. Una y otra vez, con pases interiores y con aperturas para Romero y Cabrera. Y el Violeta defendía. Una y otra vez, sabiendo que una le iba a quedar. Y eso ocurrió a los 31 minutos, luego de una pelota que Carboni recuperó, perdió y volvió a recuperar. Entonces pudo abrirla para la entrada de Alonso por derecha y el uruguayo, en velocidad, se acomodó y sacó un violento remate bajo y cruzado que dejó sin reacción a Trípodi.
Ese gol, el 2-0, tranquilizó a Villa Dálmine y le agregó nervios al momento de Argentinos. Por eso, inmediatamente, los del Bicho cometieron fuertes foules que Pompei sancionó con amarilla, mientras los de Marchesi tuvieron su chance de 3-0 con un centro bajo de Figueira que Carboni no alcanzó a conectar.
De allí en adelante, el partido se encaminó inexorablemente a una nueva victoria de Villa Dálmine, a pesar de alguna estirada de Kletnicki necesaria para sostener el cero en el arco propio.
Una victoria justificada por la entrega, la intensidad y la capacidad de Villa Dálmine para golpear cada vez que quedó de frente al arquero rival.
Un combo que tiene a todos los simpatizantes Violetas en un momento de felicidad plena, disfrutando ni más ni menos que de la cima del Nacional B. Y con un partido menos.
Por: Pablo Scoccia
Síntesis del partido
VILLA DALMINE (2): Carlos Kletnicki; Juan Alsina, Ariel Coronel, Rubén Zamponi, Jorge Demaio; Pablo Ruíz, Horacio Falcón, Federico Recalde, Jonathan Figueira; Mauricio Alonso y Ezequiel Cérica. DT: Walter Marchesi. CAMBIOS: 6' ST Fabrizio Palma x Falcón; 28' ST Leonardo Carboni x Cérica y 37' ST Lucas Favalli x Ruíz. SUPLENTES: Fernando Otarola, Ángel Alonso, Lautaro Formica y Juan Manuel Mazzocchi. AMONESTADO: Zamponi.
ARGENTINOS JUNIORS (0): Emanuel Trípodi; Miguel Torren, Joaquin Laso, Nicolás Freire; Kevin Mac Allister, Gastón Machín, Esteban Rolón, Guillermo Benítez; Javier Cabrera, Fabricio Lenci y Braian Romero. DT: Gabriel Heinze. CAMBIOS: 11' ST Nicolás González x Laso; 17' ST Facundo Barboza x Rolón y 34' ST Lucas Cano x Lenci. SUPLENTES: Lucas Cháves, Gonzalo Piovi, Iván Colman y Francisco Fydriszewski. AMONESTADOS: Lenci, Barboza y Freire.
GOLES: 45' PT Ezequiel Cérica (VD) y 30' ST Mauricio Alonso (VD)
ARBITRO: Juan Pablo Pompei
ASISTENTES: Martín Saccone e Iván Aliende
CAMPO DE JUEGO: Villa Dálmine (Muy bueno)
PUBLICO: 4500 personas
GALERIA DE FOTOS
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