defensores unidos 2 – Villa Dálmine 1
Nada, ni una pizca del inmenso dolor que les producía la derrota ante defensores unidos, escondieron los jugadores de Villa Dálmine. Sus rostros lo decían todo, minutos después del pitazo final de Diego Colombo, ya en los vestuarios del estadio de Mitre y Puccini, luego de haber tenido un accidentado regreso desde zárate que incluyó una lluvia de piedras sobre el colectivo que los transportó.
Incluso los ojos de Walter Cataldo hacían un esfuerzo enorme por contener las lágrimas. El aliento incondicional, a pesar del traspié, de más de 200 hinchas que esperaron al plantel en el estadio Violeta tornaba todavía más emocional la escena. “¿Qué es lo más doloroso de esta derrota?”, se repreguntaba Cristian Jeandet. “Esto”, se respondía. Y señalaba. “Esto” era ni más ni menos que esas más de 200 almas que se quedaron esperando a los jugadores en el estadio para decirles, para reafirmarles, el orgullo que sienten por el actual plantel. “No tenemos más que palabras de agradecimiento para con la gente –agregaba el entrenador Cataldo-. Hoy no pudimos regalarles una victoria, pero tienen que estar orgullosos de los jugadores, que se brindaron al máximo y dejaron todo para intentar sumar otra victoria”. Sobraba ilusión, sobraba expectativa. Sin embargo, el resultado deportivo, esta vez, fue esquivo. Otras aristas, relacionadas estrictamente a lo deportivo, hacen todavía más dolorosa la derrota. Porque Dálmine no sólo perdió ante su clásico rival, sino que también dejó en el camino un invicto de 16 partidos (12 triunfos y 4 empates). Y, especialmente, porque dejó escapar, ante la derrota de ayer de Excursionistas, la posibilidad de cortarse solo en la punta. Además, también duele la forma (futbolística) en que se perdió: Dálmine volvió a parecerse demasiado al Dálmine de las primeras fechas, al Dálmine que deja ganarse por los nervios y la ansiedad, al Dálmine que juega apresurado, sin ideas, al Dálmine que entra en el juego friccionado y comete muchas infracciones. Todo eso lo aprovechó defensores dnidos, un equipo que, claramente, no tiene las mismas aspiraciones que Villa Dálmine, pero que supo jugar “su” partido. No le molestó el roce ni los pelotazos y exprimió al máximo cada pelota parada que le ofreció el Violeta. La pegada de Monzón y la movilidad para buscar sus envíos de Lema fueron determinantes para ello. Así, el cadu logró dar vuelta un trámite que en los primeros 15 minutos favoreció a Dálmine. Porque, durante ese lapso, Falcón gobernó el mediocampo, Guaymas fue salida por izquierda y Ubiría inquietó permanentemente en los últimos metros, llegando a exigir a Menón en más de una ocasión. Sin embargo, una vez que defensores logró complicar ese desarrollo, cortar ese circuito, y dar pelea en el medio, el juego comenzó a inclinarse sobre el área de Borgnia a través de los envíos de Monzón. Pero, gracias a que el ‘1’ Violeta siempre brindó seguridad en el primer tiempo, el marcador no se movió en los 45 iniciales. Para entonces, defensores ya había anunciado cuál iba a ser la fórmula que repetiría para intentar llegar a la ventaja. Y Dálmine pareció no tomar nota de ello: a los 2 minutos del segundo tiempo, Monzón ya dispuso de un nuevo tiro libre. Frontal, volcado hacia la izquierda, metió la bola con rosca al corazón del área. Allí apareció Lema, quien un poco con la cabeza y otro tanto con la espalda logró peinar la pelota, cambiarla de palo y descolocar a Borgnia. Fue grande, muy grande, el golpe para Villa Dálmine. Y el equipo lo sintió: deambuló por la cancha los siguientes 15 minutos, coronando esa desesperación con un mal cierre de Bargas que le posibilitó a Velázquez poner el 2-0 a los 18’ del segundo tiempo. En adelante, defensores se relajó y se dedicó más a defender que a buscar el tercero. No le fue difícil sentirse cómodo en ese escenario, porque Dálmine siempre lo atacó frontalmente, con pelotazos torpes y sin variantes. Recién en tiempo de descuento logró generar peligro genuino. A los 46’, un tiro libre de Maxi Cocéres se fue acariciando el ángulo izquierdo de Menón. Y a los 49’, entre Agüero y García guapearon un pelotazo de Segovia, que finalmente le quedó al Mudo para que marcara el descuento. Ya no había tiempo para más. La historia había sido sentenciada tiempo atrás.
Incidentes en el regreso
No más de cinco minutos después de que Diego Colombo pitó el final del partido, toda la delegación de Villa Dálmine ya estaba arriba del colectivo que los devolvería a Campana. Sin embargo, esa celeridad en la salida no fue correspondida por los efectivos policiales encargados de marcar el camino ni tampoco por los efectivos que cuidaban las tribunas celestes. Entonces, comenzaron a llover piedras sobre el micro en el que se encontraban los jugadores Violetas. Estallaron dos ventanillas y los vidrios que volaron alcanzaron a generar cortes en Néstor Correa, Leonel Bargas y Maximiliano Cóceres. Sin embargo, la peor parte se la llevó Rodolfo Carmarán: el capitán Violeta sufrió directamente sobre su mentón el impacto de uno de los proyectiles arrojados. Fueron momentos de tensión que recién se disiparon cuando la policía aceleró y encaminó al colectivo hacia la salida de zárate. Una vez que el plantel regresó a Campana y los jugadores se bañaron, los futbolistas heridos se fueron junto al vicepresidente Jorge Milano a realizar las denuncias policiales correspondientes.
El sábado, por la recuperación
Quizás lo más positivo de este lunes casi trágico para Villa Dálmine sean dos noticias que tienen que ver con sus rivales directos en la lucha por el ascenso. Uno, Excursionistas, que compartía la punta con el Violeta al inicio de esta fecha, cayó ayer 2-0 ante Berazategui. El otro, J.J. Urquiza, nuevo líder de la divisional, será el próximo rival de Dálmine, el sábado desde las 16.10, en Campana. Entonces, los dirigidos por Walter Cataldo tendrán la oportunidad de recuperar la cima de la tabla de posiciones en un partido tan (o más quizás) trascendental como el disputado en zárate.
El Pantallazo
De defensores 2200 personas entre todos los sectores. 450 personas en cada una de las dos tribunas laterales, otras 700 en la tribuna baja detrás del arco, el codo y el gallinero que hacen llamar platea y 600 más en la popular de cemento. De Dálmine unas 25 personas entre dirigentes y jugadores no convocados, un grupo de 10 periodistas, 2 hinchas infiltrados en el gallinero y al menos 10 más en los sectores locales.
Síntesis del Partido
CA”D”U (2): Luciano Menon; Ariel Groothius, Lucas Vallejos y Sebastián Donacarta; Daniel Cassais, Mariano Quillutay, Carlos Mamani y Ernesto Monzón; José Garay; Javier Velázquez y Dario Lema. DT: Osvaldo Diéz. CAMBIOS: 30′ PT Maximiliano Ascencio x Mamani; 30′ ST Andres Siena x Cassais y 35′ ST Santiago Davio x Lema. SUPLENTES: Adrián Giampietri, Diego Sánchez, Julián Amado y Mario Peduto. AMON.: Quillutay y Garay.
VILLA DALMINE (1): Pablo Borgnia; Leonel Bargas, Julio Navarro y Rodolfo Carmarán; Sergio Coronel, Eduardo Agüero, Horacio Falcón y Cristian Güaymas; Maximiliano Cóceres; Jorge Ubiría y Cristian Jeandet. CAMBIOS: 15′ ST Néstor Correa x Cristian Güaymas; 25′ ST Denis Segovia x Sergio Coronel y 30′ ST Hernán García x Jorge Ubiría. SUPLENTES: Emanuel Coesta, Alejandro Bertoldi, Santiago Bonora y Sebastián Benítez. AMONESTADOS: Pablo Borgnia, Rodolfo Carmarán, Eduardo Agüero y Cristian Jeandet.
GOLES: 3′ ST Dario Lema (DU); 18′ ST Javier Velázquez (DU) y 50′ ST Eduardo Agüero (VD)
ARBITRO: Diego Colombo
CAMPO DE JUEGO: defensores unidos (Bueno)
PUBLICO: 2200 personas
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