sábado, 22 de noviembre de 2008

Se viene el campanero

Cañuelas 0 – Villa Dálmine 2



Mucho tiempo había pasado desde la última vez que Dálmine iniciaba un partido como visitante como claro favorito. El buen momento del equipo que dirige Walter Cataldo y el pésimo presente institucional de Cañuelas así presentaban al partido. Y la aclaración es porque el Violeta no se confió en ningún momento, salió a jugar con tranquilidad, supo esperar y buscar su momento y liquidó el pleito cuando las oportunidades aparecieron.
Ésas fueron las claves de la victoria 2-0, un marcador que le termina quedando corto al desarrollo del juego, especialmente por todo lo generado por Dálmine en el segundo tiempo. Y si decimos que el Violeta supo esperar su momento en el partido es porque el primer tiempo fue complicado para los dirigidos por Walter Cataldo. No porque lo propuesto por su rival haya entorpecido sus ideas primarias, sino porque el fuerte viento que sopló en Cañuelas dificultó mucho el andar de Dálmine. Cruzado, en dirección al arco que en esa parte defendió Pablo Borgnia, el viento no le permitió manejar el balón ni salir cómodo desde el fondo. Por eso costó generar peligro: porque no llegaba limpia la pelota a posiciones ofensivas. Sin embargo, en esa primera parte la sensación de que cuando pudiesen, tanto Ubiría como Jeandet iban desequilibrar, estaba instalada. Incluso, a los 24’, en la única del primer tiempo en la que Ubiría se pudo soltar por derecha, casi llega el primer gol de la tarde, pero Lezcano salvó cuando Jeandet llegaba solo para empujarla. El ‘9’ (que volvió tras su desgarro) tuvo otra a los 44’, sin embargo, su media vuelta pegó en el travesaño. Se notaba: Dálmine era más que Cañuelas, sólo le restaba concretarlo en el juego y en la red. Y el segundo tiempo, ya con viento a favor, parecía el momento justo para lograrlo. Así salió el Violeta a jugar los segundos 45 minutos. Y fue apabullante su dominio: en tan sólo dos minutos generó tres situaciones claras de gol. Primero lo perdió Jeandet, que no pudo capitalizar un error de la defensa rival. Luego, un frentazo de Guaymas se fue apenas alto. Y finalmente, De Nicola se lució mandando al córner un remate de Ubiría, con rosca al segundo palo. El gol estaba al caer. Y cayó dos minutos después. Sterki prolongó por derecha para Coronel, quien de primera habilitó a Ubiría en el vértice del área. El punta, que atraviesa un momento excepcional, giró, miró el arco y, tres dedos, la metió de emboquillada, al segundo palo de un De Nicola que sólo pudo mirar. Golazo. 1-0 y parecía que el partido se abría, que se venía la goleada. Y pudo haber sido, porque en los minutos siguientes Dálmine fue un vendaval de situaciones clarísimas. Dos veces lo perdió Jeandet de cabeza. Y dos veces lo perdió Ubiría de zurda. También lo tuvo Coronel, entrando suelto por derecha. Y, de cabeza, también pudo haber marcado Ubiría. Fueron 20 minutos en los que Dálmine hacía lo que quería, excepto convertir: siempre faltaba algún centímetro más de precisión y entonces la diferencia seguía siendo mínima. Y eso preocupaba. Y preocupó hasta que a los 31’, Ubiría tomó el balón a la altura del círculo central, se puso de frente al arco y encaró. Dejó a uno en el camino, aprovechó el arrastre de marcas de Jeandet, borró a otro entrando al área y definió ante la salida de De Nicola. Otro golazo. 2-0 y partido liquidado.  En los minutos finales, el Violeta, ante un rival que iba para adelante sin ideas, volvió a generar ocasiones de gol de contragolpe y pudo haber estirado más las diferencias. No fue el caso: el talento de Ubiría ya había abierto las puertas de un nuevo triunfo. El cuarto consecutivo. El que consolida al Violeta en el lote de los de arriba. El que lo pone a 7 unidades de la punta. El que agiganta, aún más, una ilusión que crece partido a partido.

El Pantallazo

De Cañuelas menos de 200 hinchas entre todos los sectores. A pesar de no ser muy numerosa la barra dio un buen aliento y desplegaron un mini-telón que cubría casi toda la tribuna. De Villa Dálmine 20 dirigentes en la tribuna nueva y unos 15 hinchas infiltrados en la platea.

Síntesis del Partido

CAÑUELAS (0): Pablo De Nicola, Walter Fonseca, Angel Gauna, Damián Chiodi, Ezequiel Ruíz, Jorge Lezcano, Héctor Correa, Javier Hiquetk, Lucas Dorre, Rodrigo Mansilla y Adrián Arana. DT: Sergio Alcoba. CAMBIOS: 17′ ST Nicolás Pesoa x Rodrigo Mansilla; 27′ ST Alejandro Muñóz x Damián Chiodi y 32′ ST Enrique Mansilla x Héctor Correa. SUPLENTES: Alejandro Acosta, Martín Cicardi, Juan Alves de Almeida y Emanuel Almaráz.

VILLA DALMINE (2):  Pablo Borgnia; Leonel Bargas, Julio Navarro y Rodolfo Carmarán; Sergio Coronel, Carlos Sterki, Eduardo Agüero y Cristian Güaymas; Maximiliano Cóceres; Jorge Ubiría y Cristian Jeandet. DT: Walter Cataldo. CAMBIOS: 26′ ST Enzo Rodríguez x Sergio Coronel; 34′ ST Néstor Correa x Cristian Güaymas y 39′ ST Diego Bouquet x Cristian Jeandet. SUPLENTES: Emanuel Coesta, Alejandro Bertoldi, Jorge González y Raúl Ducló. AMONESTADO: Correa.

GOLES: 5′ ST Jorge Ubiría (VD) y 36′ ST Jorge Ubiría (VD)
ARBITRO: Miguel Bracco
CAMPO DE JUEGO: Jorge Arín (Muy Bueno)
PUBLICO: 200 personas

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